El mayor error que vemos en la actualidad y que lamentablemente notamos que se repite cada día más, es: Creer que existe alguna ventaja en comprar chinchillas al vecino para luego querer capacitarse vía Internet o bibliografía o yendo a Exposiciones y Seminarios sobre temas puntuales.
Ninguna "Cabaña Seria" brindará la misma información y capacitación a su cliente que a cualquier desorientado que ande haciendo preguntas por internet o por teléfono. La mini información que se envía por estas vías, no es más que la punta del Icberg de la gran capacitación que recibe un verdadero cliente de parte de su cabaña madre.
Además esas ofertas tentadoras de criaderos que fracasaron son la causa a su vez de nuevos fracasados.
No es fácil entender que se está comprando cuando la información se recibe solamente vía Internet o telefónicamente. Una chinchilla puede valer desde $100 (pesos cien) a $1000 (a pesos mil). Con seguridad, las primeras tendrán como único valor el mercado de mascotas, pero carecerán por completo de valor peletero. Lo que el interesado debe saber es que hay una relación muy estrecha entre el precio de una chinchilla y el precio de las pieles que ella producirá.
Una chinchilla con buen fenotipo, grande, oscura, densa y azul no puede costar menos de 400 pesos, puesto que al año brindará al menos 3 hijos de 40 dolares y tendremos todavía al reproductor para que prosiga dando esas pieles.
Una chinchilla se valoriza por su apariencia visual y no visual (pedigrí/background), por la empresa que la vende y su trayectoria en el mercado, quien es en definitiva quien la guiará durante los primeros 3 años hacia la conquista del éxito. Influye en su valor si tienen o no garantía de preñez, fertilidad y de vida.
Hoy todos compran pieles pero los que estamos hace muchos años en la actividad sabemos que cuando el mercado internacional de pieles baja, las pieles malas no tienen valor (por suerte las buenas se mantienen y los buenos criadores no sufren subidas y bajadas), todos estos intermediarios que hoy andan comprando pieles casa por casa desparecerán (como ha pasado siempre) y el criador que creía tener un lugar para sus pieles no lo encuentra más.
Para tener certeza del valor de un animal hay que verlo, hay que conocer personalmente a la empresa que lo vende, y saber si sus cursos de capacitación han dado resultados positivos en los clientes que han creado a lo largo del tiempo.
http://www.chinchilla.com.ar